Las emociones y sensaciones que representan los colores son el punto de partida de esta propuesta para la temporada primavera-verano.
Desde 1984 Desigual ha hecho del color su mayor seña de identidad, como una invitación a la vida sin complejos, sin límites, la vida en estado puro. Por eso, para esta temporada reinventa los códigos de marca y los presenta en clave casual para incentivar esa libertad creativa que es la base de la singularidad a la hora de vestir.
Esta colección, denominada “Colour me”, es una oda al color y a las emociones que despierta, teniendo como principales protagonistas al rojo, azul, amarillo y verde. El rojo es pasión y en esta ocasión, nos transporta a México con sus picantes y sus atardeceres dorados, plasmados en prendas únicas con acento azteca.
El azul, que representa calma e inteligencia, nos lleva al norte de África, entre Marruecos y Marrakech, donde el Mediterráneo se mezcla con el Atlántico. Los tintes, los mercados y sus gentes nos llevan a prendas más relajadas donde el azul es el protagonista. El amarillo, por su parte, es conocimiento y aprendizaje. Nos lleva a la India con sus sabores y aromas y esta inspiración queda reflejada en las tonalidades amarillas y tierra y en todo el lurex que contiene la colección.
El trópico es verde. Es la jungla, es el mar. El trópico nos traslada al punto álgido del verano, cuando suben las temperaturas y se aligeran nuestras prendas. Desigual se sumerge en la comodidad y la versatilidad de prendas que se pueden combinar libremente para abarcar todos los instantes del día y apuesta por prendas más holgadas y por un calzado todoterreno: las zapatillas.
En cuanto a los accesorios, el gigante español mezcla la tendencia con lo funcional y aporta el toque inesperado. Un buen ejemplo de ello son los bolsos que esconden mochilas, los shoppers reversibles o las riñoneras que se convierten en bolsos, continuando con los bolsos 3 en 1, que ya se han convertido en uno de los favoritos de la marca.
